Existe un mito entre las madres que dice que nuestra vida se interrumpe cuando damos el pecho a nuestro bebé.
Pero si abrimos la mente y nos alejamos de los convencionalismos, nos daremos cuenta de que todo depende de nuestra actitud frente a la lactancia materna y a la crianza en general.
Como aprendemos a dar el pecho cómodamente sentadas, con cojines por todos lados para que no nos duela la espalda ni se nos canse el brazo, y descubrimos la intensidad de la conexión que tenemos con nuestro bebé en estos momentos, nos parece que no podemos hacer nada más.
Esto es bueno… y malo a la vez.
Con el post que escribí hace unos días sobre las “10 cosas que puedes hacer mientras das el pecho a tu bebé (SIN un portabebés)” pretendía desterrar este falso mito: nuestra vida sigue cuando damos el pecho a nuestro berbé, tanto si nos conectamos intensamente con él como si hacemos otras cosas mientras tanto.
En Facebook se generaron opiniones diferentes sobre el hecho de hacer cosas mientras damos el pecho a nuestro bebé:
– Unas madres se sorprendían de que se pudieran hacer cosas como pelar unas patatas mientras damos el pecho (sin un portabebés).
– Otras madres compartían actividades que ellas también hacían mientras dan el pecho.
– Otras madres preferían conectarse con su bebé, disfrutar del momento y no hacer nada más.
Mira aquí los comentarios en Facebook:
En este sentido, es evidente que cada madre tendrá su opinión y sus preferencias. Nada es bueno o malo.
Pero de lo que sí estoy convencida es que la lactancia, para que sea exitosa y dure todo lo que deseemos, debe formar parte de nuestra vida. Debe estar completamente integrada en nuestro día a día.

La eurodiputada Licia Ronzulli con su bebé mientras vota durante un Pleno del Parlamento. Fuente: mamibicho.wordpress.com
Por esto creo que si una madre está sentada dando el pecho a su hijo, con la cabeza a mil porque antes de salir debe poner una lavadora, preparar la comida y cambiarse, tiene derecho a sentirse así y creo que no debe culparse por ello.
En este caso, considero que es más saludable que avance algunas cosas del día a día mientras da el pecho a que apremie a su hijo a dejar el pecho para que ella haga lo que quiere hacer, o a que después esté aún más estresada haciendo las cosas (algo que percibirá su hijo, sin duda), e incluso pueda sentir que su hijo es culpable de que ella vaya a llegar tarde o de que no pueda preparar la comida.
Las prisas son el peor caldo de cultivo para el estrés de un bebé que puede estallar en rabieta, y para el malestar de una madre que se siente que no llega a casi nada.
Yo estoy convencida de que una madre no debe sentirse culpable porque en un momento determinado se pone a hacer cosas con su bebé al pecho. En estos momentos, su bebé está tranquilo con ella, y ella se quita presión haciendo alguna tarea mientras tanto para evitar las prisas luego.
Debo confesarte que a mí me costó aceptar esto. Pero después de más de 2 años de lactancia, sé que la lactancia debe formar parte de nuestra vida de la forma más natural, sino tal vez no seguiríamos disfrutando de estos momentos.
La lactancia no paraliza nuestra vida. Yo creo que nos da otra perspectiva, nuevas habilidades, y nuevas sensaciones indescriptibles.
Mientras nuestro hijo está atendido, calmado y bien alimentado emocional y nutricionalmente, nosotras podemos hacer muchas otras cosas. Tanto a nivel físico (como comenté en el post “10 cosas que puedes hacer mientras das el pecho a tu bebé (SIN un portabebés”) como a nivel emocional y mental.
Por esto quiero contarte qué más puedes hacer mientras amamantas a tu bebé:
Otras 5 acciones que puedes hacer mientras das el pecho, y lo mejor de todo, es que son acciones que seguro que mejoran tu día
1.- Conectarte emocionalmente con tu bebé:
Cuando es recién nacido, nos ayuda a “enamorarnos” de él.
Cuando ya tiene unos meses, nos ayuda a percibir mejor sus emociones y vivir una conexión de forma más consciente.
Y cuando ya es mayor, nos ayuda a comunicarnos mucho mejor con él. Ahora que mi hijo ya habla y entiende cosas básicas que le explico, puedo hablarle, él se ríe mientras está mamando, a veces me señala objetos de la habitación o de nosotros y yo le voy nombrando, a veces soy yo la que le explico lo que hemos hecho durante el día o que vamos a hacer después…
2.- Comunicarte con tu pareja o tus otros hijos:

Sí, has leído bien. No es ningún secreto que las parejas, cuando nace nuestro primer hijo, perdemos comunicación entre nosotras.
Muchas veces nos sentimos desbordados, y nos parece que ya no tenemos tiempo de hablar con nuestra pareja como hacíamos antes.
Por otro lado, si tienes otros hijos seguramente que quieren jugar contigo, que les prestes atención, que les ayudes en algo… mil cosas.
Por esto sé que los momentos en que nuestro bebé está atendido, calmado y nosotras relajadas es un buen momento para comunicarnos con nuestra pareja o atender a nuestros otros hijos.
3.- Hacer ejercicios de Kegel:
Si estamos tranquilamente sentadas, podemos aprovechar a hacer los famosos ejercicios Kegel, recomendados para recuperar los músculos pélvicos después del parto y así evitar, entre otras cosas, alteraciones como la incontinencia urinaria.
4.- Meditar o visualizar:
Puedes meditar, haciendo respiraciones profundas y conscientes desde el abdomen, para conectarte más contigo y tu esencia.
Puedes también visualizar tus propósitos, tus sueños, tus objetivos, y así acercarte un poco más a ellos (“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado” Buda).
5.- Relajarte y vivir conscientemente el aquí y el ahora:
Un bebé es el mejor guía para aprender a vivir más el aquí y el ahora, tan necesarios en este mundo estresado.
Si has leído hasta aquí y te ha gustado, compártelo en tus redes sociales 😉
Si tienes ideas a aportar, deja un comentario. Nos encantará leerte.