He recibido este mensaje que me ha removido mucho. Me ha recordado mis inicios con la lactancia, y me ha llamado a escribir un mensaje de esperanza para muchas madres que vivimos algo así.
Por suerte superé 15 días en los que mi hijo mayor lloraba cada vez que lo ponía al pecho. Ahora llevo 6 años de lactancia entre mis 2 hijos que me han enriquecido como persona y llenado como madre. Quiero decirte que sí se puede, aún en una sociedad muy contaminada por la «cultura del biberón».
El mensaje que recibí me decía:
«Estoy súper triste y desmotivada mi hija ya no quiere pecho, se pone a llorar y se queda roja y de repente le pongo el biberón y se lo bebe sin rechistar. De nuevo le pongo pecho y no quiere, yo voy a tirar la toalla, hay bebés que no quieren pecho y otros que si, y mi hija no quiere, sabe que el biberón es más fácil y prefiere biberón.»
Ahora necesito transcribirte el mensaje que le he enviado.
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Quiero dar un aliento a muchas madres que dudan de su cuerpo, de su conexión con su bebé, y decirles que su bebé siempre las preferirá a ellas. Pero que necesitan apoyo para olvidar que dar el pecho es difícil (eso es sólo una creencia, y te lo digo después de 6 años de lactancia). Necesitan confiar totalmente en su cuerpo y en su bebé.
Este es el mensaje que le he enviado:
«Querida, todo bebé prefiere el pecho antes que el biberón, igual que nosotras preferimos un abrazo con nuestra pareja que con un osito de peluche… Además, lo demostró John Bowlby hace más de 40 años.
Parece algo temporal. Parece que tu bebé está haciendo una «huelga de lactancia». Te transcribo un texto de Carlos González que explica muy bien esto:
«La huelga de lactancia es como un enfado, ya sea porque al bebé no le gusta estar separado de su madre, por ejemplo, cuando va al trabajo, o porque ha mordido mal y al apartarlo se ha sentido mal.
Lo más probable es que vuelva a coger el pecho. Para ello, hay que sacarse leche varias veces al día, al menos seis. Es más eficaz sacarse leche durante diez o quince minutos varias veces al día que hacerlo una sola vez y estar una hora.
Si no sacas leche, la producción disminuye y cambia el sabor, se vuelve salada. Es necesario que, cuando al niño se le pase el enfado y vuelva a mamar, haya leche buena esperando. Si encuentra solo unas gotas de leche salada, volverá a rechazarla.»
Por otro lado, hay algo que puedes hacer hoy mismo que puede marcar un punto de inflexión con vuestra lactancia. Es una forma muy agradable y eficaz de que vuelva a querer la leche de tu pecho: ofrécele el pecho antes de que se empiece a quejar, antes de que la notes nerviosa. Cuando ambas estéis tranquilas y tengas un rato, acuéstate semitumbada en la cama y pon a tu bebé piel con piel contigo, cerca del pecho. Deja que te huela, que te toque, que busque el pezón. Si a la primera no va bien, pruébalo en otra ocasión. Tranquila, tienes muchas tomas al día para probar. Tu bebé necesita reconectar contigo sin interferencias. Necesita reconciliarse con su instinto.
Hay que tener en cuenta también la edad que tiene el bebé y si se separa de la madre (si es así, ¿cuánto tiempo están separados?).
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Espero haberte ayudado. Recuerda que en https://www.soscrianza.com/lactancia puedes recibir más ayuda.
Un abrazo.
Bet Paré»
Fuente del texto extraído de Carlos González: https://www.serpadres.es/bebe/lactancia-alimentacion/articulo/huelga-de-lactancia-se-niega-a-tomar-el-pecho